La NASA se acerca al sueño del vuelo supersónico silencioso

Adiós al estruendo: la nueva era del vuelo supersónico


🖋️ Redacción Mundo del Transporte

Durante décadas, el vuelo supersónico ha sido sinónimo de velocidad… y de ruido. Desde el Concorde hasta los cazas militares, el temido “boom sónico” —esa explosión sonora que ocurre cuando una aeronave supera la barrera del sonido— ha sido el principal obstáculo para llevar la aviación supersónica al transporte comercial moderno.

Hoy, ese obstáculo está más cerca que nunca de superarse. La NASA ha anunciado un nuevo avance en su proyecto X-59 QueSST (Quiet SuperSonic Technology), una aeronave experimental diseñada para volar más rápido que el sonido sin generar el estruendo característico del pasado.

El objetivo es tan ambicioso como transformador: demostrar que el vuelo supersónico puede ser tan silencioso y sostenible como eficiente, abriendo una nueva era de transporte aéreo civil de alta velocidad.

Un rugido que se convierte en susurro

El boom sónico ocurre cuando una aeronave rompe la barrera del sonido —alrededor de 1.235 km/h a nivel del mar— y las ondas de presión se combinan para producir una fuerte detonación.

La NASA, en colaboración con Lockheed Martin Skunk Works, ha desarrollado un fuselaje revolucionario capaz de repartir esas ondas de choque a lo largo del avión, evitando que se acumulen y lleguen al suelo como una explosión.

En lugar de un “boom”, los ingenieros aseguran que el X-59 producirá un sonido similar a un golpe suave o un portazo lejano, casi imperceptible para quienes estén en tierra.

“Si logramos reducir el ruido a ese nivel, será posible permitir vuelos supersónicos sobre tierra firme, algo prohibido desde hace más de 50 años”, explicó el equipo de investigación.

El X-59: un laboratorio volador

El X-59 QueSST es una aeronave de 30 metros de largo y 9 metros de envergadura, impulsada por un motor GE F414, el mismo que utilizan algunos cazas F/A-18 Super Hornet. Sin embargo, todo su diseño aerodinámico ha sido modificado para minimizar el impacto sonoro.

Su morro extremadamente alargado —de casi 10 metros— redistribuye las ondas de presión, mientras que la cabina no tiene parabrisas tradicional: los pilotos verán el exterior mediante un sistema digital llamado eXternal Vision System, una combinación de cámaras y pantallas de alta resolución.

El avión está diseñado para volar a Mach 1.4 (aproximadamente 1.480 km/h) a una altitud de unos 17 kilómetros, donde las condiciones atmosféricas favorecen el comportamiento controlado de las ondas sonoras.

Pruebas y próximos pasos

La NASA confirmó que el X-59 se encuentra en la fase final de integración estructural y de calibración de sistemas, con los primeros vuelos de prueba previstos para 2026.

Las pruebas se realizarán inicialmente en la base Armstrong de la NASA, en California, antes de extenderse a vuelos sobre comunidades seleccionadas en Estados Unidos.

El propósito de esas misiones será medir cómo perciben los ciudadanos el sonido del avión y recopilar datos que permitan a las autoridades aeronáuticas —especialmente la FAA (Administración Federal de Aviación)— definir nuevas normativas para vuelos supersónicos civiles sobre tierra.

Hasta ahora, la prohibición global de vuelos comerciales supersónicos terrestres se mantiene debido al impacto acústico del Concorde, que generaba explosiones de hasta 110 decibelios perceptibles a kilómetros de distancia.

La competencia por el cielo supersónico

El X-59 no es el único intento por revivir los vuelos más rápidos que el sonido. Empresas privadas como Boom Supersonic o Hermeus también están desarrollando aviones comerciales de alta velocidad, aunque con diferentes enfoques tecnológicos.

Sin embargo, la NASA lidera la investigación pública en reducción del ruido y sostenibilidad, dos factores decisivos para que la aviación supersónica vuelva a ser viable y aceptada por los reguladores.

Si los resultados del X-59 son positivos, podrían sentar las bases para una nueva generación de aeronaves comerciales silenciosas, capaces de reducir los tiempos de viaje intercontinental a la mitad. Volar de Londres a Nueva York en poco más de tres horas dejaría de ser un recuerdo del pasado para convertirse en una realidad sostenible.

Un futuro más rápido, más silencioso y más limpio

Además del silencio, el proyecto QueSST busca demostrar la posibilidad de combinar velocidad y sostenibilidad ambiental.

El avión está diseñado para utilizar combustibles de aviación sostenibles (SAF) y tecnologías que reduzcan la huella de carbono, anticipando los requisitos medioambientales de la aviación del futuro.

La NASA estima que los resultados del programa podrían beneficiar no solo al transporte comercial, sino también a la aviación ejecutiva y a la investigación espacial, donde la aerodinámica de baja perturbación sonora es crucial.

A más de medio siglo del último Concorde, la humanidad se prepara para escuchar —o casi no escuchar— el sonido de una nueva revolución aérea.


Referencias

  • Tech Xplore (2025). NASA closer to quiet supersonic jets.
  • NASA Aeronautics Research Mission Directorate (ARMD).
  • Lockheed Martin Skunk Works. X-59 QueSST Program Updates (2025).
  • FAA (2025). Noise Regulation and Supersonic Flight Standards.

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