El nuevo avión experimental de la NASA y Lockheed Martin busca revivir el sueño del Concorde con tecnología que elimina el “boom sónico” y reduce el impacto ambiental de los vuelos a alta velocidad.
Redacción Mundo del Transporte
Han pasado más de veinte años desde que el mítico Concorde hiciera su último vuelo, marcando el fin de una era en la aviación comercial. Hoy, la NASA vuelve a mirar al cielo con ambición. El X-59, su nuevo avión supersónico experimental desarrollado junto a Lockheed Martin, ha completado con éxito su primer vuelo en California, y promete reducir los tiempos entre continentes a la mitad: de Madrid a Nueva York en apenas dos horas.
Un nuevo Concorde para el siglo XXI
El proyecto X-59 forma parte del programa Quesst (Quiet SuperSonic Technology) de la NASA, cuyo objetivo es eliminar el característico estampido sónico —el “boom” que prohibió los vuelos supersónicos sobre tierra firme desde los años setenta— y permitir así que los aviones de este tipo vuelvan a operar rutas comerciales sin restricciones.
Diseñado para alcanzar una velocidad de Mach 1.4 (unos 1.500 km/h) y volar a una altitud de 17 kilómetros, el X-59 no solo busca romper la barrera del sonido, sino hacerlo de forma silenciosa y eficiente. La clave está en su fuselaje alargado, su morro afilado y una distribución aerodinámica que dispersa las ondas de choque, reduciendo el ruido del “boom” sónico a un leve golpe, comparable al cierre de una puerta de coche.
De los ensayos a la aviación comercial
El primer vuelo en California marca el inicio de una fase crucial del programa. Durante los próximos meses, los ingenieros de la NASA recogerán datos acústicos sobre comunidades estadounidenses para demostrar que los vuelos supersónicos silenciosos son viables y seguros.
Si los resultados son favorables, la Administración Federal de Aviación (FAA) podría revisar las normativas que hoy impiden este tipo de operaciones comerciales, abriendo paso a una nueva generación de aviones de alta velocidad.
Lockheed Martin, responsable de la fabricación del prototipo, confía en que las pruebas conduzcan al desarrollo de aeronaves comerciales capaces de conectar grandes urbes a una velocidad dos o tres veces superior a la actual.
Tecnología limpia y precisión extrema
El X-59 está impulsado por un motor General Electric F414-GE-100, especialmente adaptado para mantener la eficiencia y minimizar el ruido. Los ingenieros han integrado una cabina con una “ventana virtual”: en lugar de una visión directa, el piloto opera con pantallas de alta definición que muestran imágenes captadas por cámaras externas, optimizando la aerodinámica y reduciendo peso.
Otro desafío importante es la sostenibilidad. Aunque los vuelos supersónicos implican un mayor consumo energético, la NASA investiga el uso de combustibles sostenibles de aviación (SAF) y materiales ultraligeros que reduzcan la huella de carbono, buscando que la velocidad no comprometa los objetivos ambientales del sector.
El regreso de la era supersónica
Desde que el Concorde realizó su último vuelo en 2003, varias empresas privadas —Boom Supersonic, Aerion y Spike Aerospace, entre otras— han intentado resucitar los vuelos más allá del sonido. Sin embargo, la complejidad técnica, los costes y las regulaciones ambientales han frenado los proyectos.
El X-59 representa un cambio de enfoque: no se trata de un jet comercial de lujo, sino de una plataforma científica destinada a recopilar datos y establecer un nuevo estándar para la aviación civil. Si la NASA logra demostrar que es posible volar más rápido que el sonido sin generar molestias, podría abrirse la puerta a un renacimiento supersónico global en la próxima década.
De California al futuro
Las pruebas del X-59 se extenderán hasta 2026, con vuelos sobre diferentes ciudades para evaluar la percepción sonora y recopilar datos del entorno. Si todo avanza según lo previsto, la primera generación de aviones supersónicos silenciosos podría estar operativa a partir de 2030.
El sueño del Concorde, que un día se apagó con el rugido de sus motores, parece encontrar una segunda vida bajo las alas del X-59: más silencioso, más limpio y, sobre todo, más humano en su ambición de unir al planeta en menos tiempo y con menor impacto.
Referencias
- OKDiario. (2025). La NASA reinventa los vuelos supersónicos: el Concorde silencioso que une Madrid y Nueva York en dos horas.
